Despertar
El cierzo azotó su despertar contra la persiana cerrada a cal y canto. Los ojos, atemorizados por la posibilidad brillante del sol, sólo tuvieron valor para escrutar los dígitos rojos que certificaban el paso del tiempo. El sobresalto produjo la migración de media vuelta hacia los territorios inhóspitos del otro lado de la cama donde el frío era aún más intenso, la tristeza se asentó en mis huesos y un nuevo día vino a joderme la vida.
La primera señal de alerta fue una familiar sequedad en la boca que pensó eliminar con algún líquido fresco. El camino hasta la nevera estaba jalonado por la más cerrada oscuridad y tal vez fue el miedo a tropezar, la victoria de la desidia o una alarmante falta de optimismo la causa que le impidió levantarse y caminar. Se dejó caer sobre el dúctil suelo de madera y comenzó a reptar sobre las bolitas etéreas de polvo que se amontonaban por doquier. El recorrido resultó mucho más arduo de lo que esperaba. Descansó, una vez terciado el camino, sobre la ensenada donde aún dormía el PC.
Pulsó el botón de arranque con el movimiento instintivo que da la rutina del que no espera gran cosa. Para su sorpresa, la pantalla emitió un hálito de alegría cuando la oscuridad quedó rota por el logotipo de Windows. Fue un instante breve, brevísimo, demasiado efímero para la catarsis pero, sin embargo, fue la más larga señal de amistad que había recibido en mucho tiempo. No consiguió las fuerzas suficientes para elevar el cuerpo y sentarlo sobre la silla. Ante aquella dificultad postural, intentó mover el ratón arrodillado ante el altar tecnológico pero comprobó horrorizado como los músculos no acertaban a sincronizarse con los deseos. Pasó largo rato en aquella danza estúpida de querer alcanzar con los dedos lo que el cerebro le negaba. Desistió apuntillado contra las tablas. La muerte del sobrero fue un ritual sin fiesta, sin la grandiosidad soñada, un cúmulo de vómitos de sangre sin brillantez: El descubrimiento amargo de que la tristeza había vuelto a ganar la batalla.
La primera señal de alerta fue una familiar sequedad en la boca que pensó eliminar con algún líquido fresco. El camino hasta la nevera estaba jalonado por la más cerrada oscuridad y tal vez fue el miedo a tropezar, la victoria de la desidia o una alarmante falta de optimismo la causa que le impidió levantarse y caminar. Se dejó caer sobre el dúctil suelo de madera y comenzó a reptar sobre las bolitas etéreas de polvo que se amontonaban por doquier. El recorrido resultó mucho más arduo de lo que esperaba. Descansó, una vez terciado el camino, sobre la ensenada donde aún dormía el PC.
Pulsó el botón de arranque con el movimiento instintivo que da la rutina del que no espera gran cosa. Para su sorpresa, la pantalla emitió un hálito de alegría cuando la oscuridad quedó rota por el logotipo de Windows. Fue un instante breve, brevísimo, demasiado efímero para la catarsis pero, sin embargo, fue la más larga señal de amistad que había recibido en mucho tiempo. No consiguió las fuerzas suficientes para elevar el cuerpo y sentarlo sobre la silla. Ante aquella dificultad postural, intentó mover el ratón arrodillado ante el altar tecnológico pero comprobó horrorizado como los músculos no acertaban a sincronizarse con los deseos. Pasó largo rato en aquella danza estúpida de querer alcanzar con los dedos lo que el cerebro le negaba. Desistió apuntillado contra las tablas. La muerte del sobrero fue un ritual sin fiesta, sin la grandiosidad soñada, un cúmulo de vómitos de sangre sin brillantez: El descubrimiento amargo de que la tristeza había vuelto a ganar la batalla.
14 Comments:
múltiples batallas tiene cada guerra, lo importante es avanzar
Un sobrero en una pantalla del pc...Imagen dúctil de un grado cierto de tristeza
He tenido despertares amargos....pero, afortunadamente, no tanto.
Hola Sintagma in blue.
Es cierto, lo importante es avanzar, tal vez tenemos que aprender que algunas veces, retroceder o permanecer quietos... también es avanzar, ¿no crees?
Salu2 Córneos.
Hola Detective.
¿Te imaginas la vida de un sobrero? siempre pendiente del fallo de los otros para morir.
Salu2 Córneos.
Hola Lamima
¿Te imaginas una telca "eraser" para despertares amargos?
Salu2 Córneos
joder!...dime que bebes en esas noches locas para prohibirmelo...no sé yo por si acaso de toros poco..los cuernos cuanto más lejos mejor..abrazos.
Hola Fernando.
Veo que la pista "sequedad en la boca" te ha resultado muy familiar :-)
Sólo puedo decir lo que todo el mundo sabe y a veces olvida: El secreto esta en no mezclar.
Los toros además de cuernos tienen rabo y en los alrededores de La Misericordía lo preparan estupéndamente... y junto a La Maestranza que yo me comí una tapa esta semana santa.
Salu2 Córneos y un abrazo... naviero.
Lo último que vio fue el logotipo de Windows. Que final mas horrible.
lo que te decía
hay mañanas que se las ve venir, y lo mejor es no levantarse
que luego pasa lo que pasa
un abrazo
Hola Goulds.
Me alegro de tu regreso a la zona de los comentarios.
Ya ves, el signo del maligno para algunos, fue el signo de la amistad para el protagonista del relato.
Salu2 Córneos.
Hola Paula.
No se, a mi me parece que siempre es cojonudo levantarse... lo contrario es dar la batalla por perdida antes de empezar, da igual si luego la pierdes, lo importante es levantarse aunque sea a trancas y barrancas.
Salu2 Córneos.
Yo creo que mejor te quedas dormidito otro rato y dejas lo de "amanecer desastroso" para otro momneto. Aún así seguro que el sol sale y te deja un día lleno de luz y un poco de alegría...o por lo menos es lo que te deseo. Un abrazo lleno de luz.
Hola Gubia.
¿Te imaginas que pudieramos retrasar el amanecer a nuestro gusto personal e intransferible?
Salu2 Córneos. La noche se ha llenado con tu abrazo de luz.
Gracias.
Publicar un comentario
<< Home