La Troba Kung-Fú
Joan Garriga fue el banderín de enganche que me llevó hasta La Troba Kung-Fú ¡Cuantos bailes y alegrías desde la primera vez que escuché “Sonajeros” de los desaparecidos Dusminguet!
El acordeonista salió a escena tocado de pañuelo blanco, la sonrisa apaisada y una chispa en la mirada propiedad de los grandes magos de la música, esos señores que sólo piensan en hacer disfrutar al respetable con la poción mágica del ritmo. Sólo por ver aquella cara valía la pena pagar la entrada.
Algunos dicen que Muchacho el guitarrista guarda en sus manos la esencia del ventilador, esa máquina que bautizó Gato Pérez pa´irear la calidad de la rumba catalana. Ahí plantado, como el insustituible lugarteniente de los punteos con confianza, ajustando las melodías de todos los ritmos bajo los ovillos funk de sus rizos negros. Un maestro capaz de transformar con las seis cuerdas de su guitarra española el sonido “Caramelos” de Los Amaya en colorínes lisérgicos.
Mariá Roch dando punch al bajo, cantando todo lo cantable, unas veces en el micro y otras para el aire, por el purito placer de seguir la tonada.
Pep Terricabras dueño y señor de la batería al que nunca le vi el careto porque reinaba en la parte de atrás del estrado, junto a él la risa de Flor la percusionista envuelta de topos verdes que tal vez fueran blancos. Una pareja para incansable motor rítmico de la banda.
Muñeco vino desde Camagüey para tapar todos los agujeros, para crear efectos sonoros como si la Reset Club fuera una nave espacial y para enseñarnos que la improvisación siempre debe estar más allá del bien y del mal, que un buen aliño cubano es capaz teñir el guaguancó de la más recia jota aragonesa.
Ese es el truco del almendruco para que La Troba Kung-Fú sea un grupo imprescindible: La reinvención una y mil veces del ritmo, de cualquier ritmo, partiendo de la ortodoxia, conociendo lo orígenes para jugar a inventar, a moldear algo nuevo y diferente. Novedades que pueden provenir de las letras, de las mezclas, de la utilización de diferentes instrumentos ¿un acordeón en un cuadro de rumba? se preguntaran algunos, ese es el juego y La Troba Kung-Fú sale del torbellino con nota de sobresaliente.
Me gustaría definir la música de este combo evitando el peligro de los tópicos que van desde la batidora musical que amalgama los sonidos jamaicanos del reggae y le dub, la patxanga de charanga escatalítica del cumbia-ska, o la excelente salsa para noches festivas de sardinas y verbenas de Mediterráneo y mar. No quisiera acudir a etiquetas que hablan de mestizaje, fusión y World music.
Por eso, para definir el estilo musical de La Troba Kung-Fú acudo a su primer disco que responde al nombre del “Clavell Morenet”, a la canción número diez, a la “Loco&Motora” que encabeza un tren con infinidad de vagones, cada uno de su padre y de su madre. Canciones que nunca salen de su vagón, pero otras muchas discurren de uno a otro en lo que va de la primera estrofa al estribillo. A ese juego entran los músicos que pueden viajar en distintos vagones y en cada vagón un ritmo, o por el contrario, corretear tren arriba, o tren abajo, o se sentarse en el vagón del bar mientras la locomotora que ahora acelera y otrora frena, ahora sube una montaña o atraviesa un túnel, sopla y resopla pero jamás detiene su marcha.
“Un prodigio para viajar. Que pa´manejarlo no necesita de documentos. Los juro que no miento, que eso no usa ni gasolina. Y quien lo usa es quien fija el lugar donde va a parar. Loco&Motora: Destino felicidad, locura pa´la caldera, pa´poder ir más allá.”
Y en medio de tanta algarabía de viajes y trenes llegó uno de esos breves momentos que me ponen las pilas y me llenan de alegría. Una pista para navegantes, desde los alternativos hasta los anclados en la movida de los ochenta. Las estrofas de una canción de muy padre y señor mío que nos muestra “El paseo de la Negra Flor” por La Rambla hasta la playa dónde se acordó del Rey de la Rumba y “una lagrima suya como dijo Peret en la arena cayó” Soberbio homenaje a Radio Futura para certificar el remedio curativo de La Troba Kung-Fú pa´tó los males, antidepresivo, ahuyentador de la tristeza, ventana reivindicativa de los desheredados y antiestamínico en la primavera de las gramíneas, rebaja pa´las hinchazones que agobian el alma, oxígeno pa´disfrutar, pilas pá los pies y no dejar de bailar. Música como medicina en un cóctel sin contraindicaciones servida en la farmacia de Toty, el hombre del control que nos suministró un sonido limpio, sin estridencias, matizado y niquelado. Un trabajo excepcional.
Y termino con un diez para el Reset Club: El ambiente permaneció libre de humos sin menoscabar ni un milímetro la libertad del personal para darle al fuma que te fuma. Enhorabuena.
El acordeonista salió a escena tocado de pañuelo blanco, la sonrisa apaisada y una chispa en la mirada propiedad de los grandes magos de la música, esos señores que sólo piensan en hacer disfrutar al respetable con la poción mágica del ritmo. Sólo por ver aquella cara valía la pena pagar la entrada.
Algunos dicen que Muchacho el guitarrista guarda en sus manos la esencia del ventilador, esa máquina que bautizó Gato Pérez pa´irear la calidad de la rumba catalana. Ahí plantado, como el insustituible lugarteniente de los punteos con confianza, ajustando las melodías de todos los ritmos bajo los ovillos funk de sus rizos negros. Un maestro capaz de transformar con las seis cuerdas de su guitarra española el sonido “Caramelos” de Los Amaya en colorínes lisérgicos.
Mariá Roch dando punch al bajo, cantando todo lo cantable, unas veces en el micro y otras para el aire, por el purito placer de seguir la tonada.
Pep Terricabras dueño y señor de la batería al que nunca le vi el careto porque reinaba en la parte de atrás del estrado, junto a él la risa de Flor la percusionista envuelta de topos verdes que tal vez fueran blancos. Una pareja para incansable motor rítmico de la banda.
Muñeco vino desde Camagüey para tapar todos los agujeros, para crear efectos sonoros como si la Reset Club fuera una nave espacial y para enseñarnos que la improvisación siempre debe estar más allá del bien y del mal, que un buen aliño cubano es capaz teñir el guaguancó de la más recia jota aragonesa.
Ese es el truco del almendruco para que La Troba Kung-Fú sea un grupo imprescindible: La reinvención una y mil veces del ritmo, de cualquier ritmo, partiendo de la ortodoxia, conociendo lo orígenes para jugar a inventar, a moldear algo nuevo y diferente. Novedades que pueden provenir de las letras, de las mezclas, de la utilización de diferentes instrumentos ¿un acordeón en un cuadro de rumba? se preguntaran algunos, ese es el juego y La Troba Kung-Fú sale del torbellino con nota de sobresaliente.
Me gustaría definir la música de este combo evitando el peligro de los tópicos que van desde la batidora musical que amalgama los sonidos jamaicanos del reggae y le dub, la patxanga de charanga escatalítica del cumbia-ska, o la excelente salsa para noches festivas de sardinas y verbenas de Mediterráneo y mar. No quisiera acudir a etiquetas que hablan de mestizaje, fusión y World music.
Por eso, para definir el estilo musical de La Troba Kung-Fú acudo a su primer disco que responde al nombre del “Clavell Morenet”, a la canción número diez, a la “Loco&Motora” que encabeza un tren con infinidad de vagones, cada uno de su padre y de su madre. Canciones que nunca salen de su vagón, pero otras muchas discurren de uno a otro en lo que va de la primera estrofa al estribillo. A ese juego entran los músicos que pueden viajar en distintos vagones y en cada vagón un ritmo, o por el contrario, corretear tren arriba, o tren abajo, o se sentarse en el vagón del bar mientras la locomotora que ahora acelera y otrora frena, ahora sube una montaña o atraviesa un túnel, sopla y resopla pero jamás detiene su marcha.
“Un prodigio para viajar. Que pa´manejarlo no necesita de documentos. Los juro que no miento, que eso no usa ni gasolina. Y quien lo usa es quien fija el lugar donde va a parar. Loco&Motora: Destino felicidad, locura pa´la caldera, pa´poder ir más allá.”
Y en medio de tanta algarabía de viajes y trenes llegó uno de esos breves momentos que me ponen las pilas y me llenan de alegría. Una pista para navegantes, desde los alternativos hasta los anclados en la movida de los ochenta. Las estrofas de una canción de muy padre y señor mío que nos muestra “El paseo de la Negra Flor” por La Rambla hasta la playa dónde se acordó del Rey de la Rumba y “una lagrima suya como dijo Peret en la arena cayó” Soberbio homenaje a Radio Futura para certificar el remedio curativo de La Troba Kung-Fú pa´tó los males, antidepresivo, ahuyentador de la tristeza, ventana reivindicativa de los desheredados y antiestamínico en la primavera de las gramíneas, rebaja pa´las hinchazones que agobian el alma, oxígeno pa´disfrutar, pilas pá los pies y no dejar de bailar. Música como medicina en un cóctel sin contraindicaciones servida en la farmacia de Toty, el hombre del control que nos suministró un sonido limpio, sin estridencias, matizado y niquelado. Un trabajo excepcional.
Y termino con un diez para el Reset Club: El ambiente permaneció libre de humos sin menoscabar ni un milímetro la libertad del personal para darle al fuma que te fuma. Enhorabuena.
10 Comments:
verdad? es uno de los poemas q más le gustan a mi profe de teatro y fue ella quien me recomendó a esta poeta :).
tengo q ponerme al día con tu blog!!
un beso
Me alegra tanto disfrute con este grupo, no sé que me pasa pero ultimamente siempre que te leo acabo con una sonrisa.Saludossssss
Hola, Javier!
pues estudiar, lo q se dice estudiar, no, pero me apasiona el teatro y estoy en un grupo amateur q hace lo q puede y le dejan.
tú haces teatro o has hecho??
Hola Ana.
Me gustaría mucho poder disfrutar de ese grupo amateur de teatro, ¿me mantendrás informado?
Por mi parte estoy en los cursos que se imparten en El Teatro de la Estación.
Salu2 Córneos.
Hola Gubia.
Que los lectores de esta bitácora terminen la lectura de la entradas con una sonrisa es el mejor de los halagos y un reto... tal vez debería intentar provocar a las lágrimas, ¿qué te parece?
Salu2 Córneos.
Pues que es tan dificil hacer reir como hacer llorar, todo el mundo dice que hacer reir es más complicado asi que haces mucho por los que te leemos. En cuanto al llanto, mejor dejarlo.Un abrazo.
Hola Gubia.
La risa es un mecanismo de difícil comprensión. Me he dado cuenta en el teatro, a veces, en esos lugares donde tienes tasado que el público se va a reir, pues no lo hace, o lo hace con menos intensidad de la esperada, sin embargo, en rincones dónde nunca lo habías pensado, surge la carcajada.
Y si me permites... no dejemos al llanto de lado, aqui en mi regazo, y en el tuyo, siempre tendrá un lugar.
Salu2 Córneos.
Ya hace algún tiempo de ese concierto, que fué formidable, yo tambien estuve y lo pase fenómeno, esperando el segundo disco te dejo esta dirección para que la recojas http://www.google.es/search?hl=es&q=elmacdelaselva&btnG=Buscar&meta=&aq=f&oq=
Hola miqu y bienvenido a esta bitácora.
Un gran concierto.
Salu2 córneos.
Sonaba bastante prometedora, pensaba en ir a verla pero al final no pude y nadie conocido fue para saber como estuvo, aunque escuche algunas criticas que decian que no estaba muy buena.
Gracias
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