La Pantoja
La Pantoja ha sido detenida en Marbella acusada de blanqueo de dinero y varios delitos contra la hacienda pública.
La primera vez que vi su nombre fue en los carteles de la Fiestas de Septiembre de Utrillas de 1982. El revuelo entre las féminas del pueblo hablaba del noviazgo, al parecer todavía secreto, entre la tonadillera y un Paquirri todavía casado. A él lo conocía bien porque mi curiosidad por entender el toreo había recibido unas cuantas clases magistrales a través de la televisión.
La Pantoja llegó tarde a su cita con el público utrillense y durante aquel tiempo de retraso todo fueron dimes y diretes, al parecer el maestro había toreado en Teruel capital y los rumores se dispararon. El de mayor aceptación hablaba de que la pareja retozaba en la cama de algún hotel, de ahí la tardanza y tal vez la suspensión del concierto.
La Pantoja llegó del brazo de su madre y mientras la cantante se cambiaba en los camerinos, la madre exigía los dineros en efectivo y por adelantado antes de que la niña se subiera a las tablas. La negociación con el Presidente de la Comisión de Fiestas tuvo sus momentos de tensión, los tiras y aflojas retrasaron aún más la actuación pero al final se llegó a una arreglo.
La cantante se encontró con un público cabreado que la recibió con una pitada monumental. Yo estaba en aquellas gradas como quien oye llover porque a mis dieciséis años no me interesaba lo más mínimo aquella señora de la que no tenía ninguna información artística, mi presencia estaba justificada por tener en propiedad el bono de las fiestas que me daba derecho a asistir a todos los espectáculos.
La Pantoja salió a la plaza de toros con tanta fuerza, arrojo y poderío que no pude cerrar la boca hasta muy entrada la noche cuando comprendí la lección recibida sobre los prejuicios musicales: Lo más importante de la música son los artistas que se suben a un escenario, el compromiso del público debería ser escucharlos y después… que Dios reparta suerte.
Algo pasó aquella noche para que transcurridos veintisiete años todavía la recuerde con un traje de volantes blancos, guapa hasta las trancas y con un repertorio que me demostró que otras músicas eran posibles, que el verdadero valor de la música esta en su diversidad. Desde aquella noche hasta comprar un disco de doña Concha Piquer sólo pasó un mes.
La primera vez que vi su nombre fue en los carteles de la Fiestas de Septiembre de Utrillas de 1982. El revuelo entre las féminas del pueblo hablaba del noviazgo, al parecer todavía secreto, entre la tonadillera y un Paquirri todavía casado. A él lo conocía bien porque mi curiosidad por entender el toreo había recibido unas cuantas clases magistrales a través de la televisión.
La Pantoja llegó tarde a su cita con el público utrillense y durante aquel tiempo de retraso todo fueron dimes y diretes, al parecer el maestro había toreado en Teruel capital y los rumores se dispararon. El de mayor aceptación hablaba de que la pareja retozaba en la cama de algún hotel, de ahí la tardanza y tal vez la suspensión del concierto.
La Pantoja llegó del brazo de su madre y mientras la cantante se cambiaba en los camerinos, la madre exigía los dineros en efectivo y por adelantado antes de que la niña se subiera a las tablas. La negociación con el Presidente de la Comisión de Fiestas tuvo sus momentos de tensión, los tiras y aflojas retrasaron aún más la actuación pero al final se llegó a una arreglo.
La cantante se encontró con un público cabreado que la recibió con una pitada monumental. Yo estaba en aquellas gradas como quien oye llover porque a mis dieciséis años no me interesaba lo más mínimo aquella señora de la que no tenía ninguna información artística, mi presencia estaba justificada por tener en propiedad el bono de las fiestas que me daba derecho a asistir a todos los espectáculos.
La Pantoja salió a la plaza de toros con tanta fuerza, arrojo y poderío que no pude cerrar la boca hasta muy entrada la noche cuando comprendí la lección recibida sobre los prejuicios musicales: Lo más importante de la música son los artistas que se suben a un escenario, el compromiso del público debería ser escucharlos y después… que Dios reparta suerte.
Algo pasó aquella noche para que transcurridos veintisiete años todavía la recuerde con un traje de volantes blancos, guapa hasta las trancas y con un repertorio que me demostró que otras músicas eran posibles, que el verdadero valor de la música esta en su diversidad. Desde aquella noche hasta comprar un disco de doña Concha Piquer sólo pasó un mes.
7 Comments:
Pues la verdad que lo has explicado estupendamente...ya veremos que sale de todo esto, un abrazo
Hola Fernando.
El caso Malaya ha llevado a mucha gente a la cárcel por casos de corrupción urbanística, malversación de fondos y algunas otras figuras penales.
Desde esta bitácora se distingue perfectamente la diferencia entre lo artístico y los delitos fiscales. Por cierto, ya ha empezado la campaña Renta 2006 :-))
Salu2 Córneos.
Ole y ole por el momento Pantoja de hace años. No podemos discutir que es una artistaza aunque como persona a mi no me haga mucha gracia, pero bueno, que cada cual responda de lo suyo.
Por cierto, enhorabuena por el aniversario, en estos tiempos sois unos campeones.Un abrazo.
Hola Gubia.
Uno, que es un mitómano irredento, prefiere no conocer "personalmente" a los artistas, yo prefiero disfrutarlos sobre el escenario o en el equipo de música de mi casa y claro, cada uno que responda por lo suyo... y nosotros por lo nuestro, no lo olvides y un saludo a los Inspectores Fiscales que lean esta bitácora, conmigo se portaron de maravilla.
Gracias por la felicitación del aniversario.
Salu2 Córneos y un abrazo.
PD. Estos días en los que Palencia aparece en los titulares me he acordado mucho de ti, es una tontería, pero tu comentario me ha dado un alegrón.
¡Ay, amigo! ¿Y qué me dices de Doña Concha? ¿A que es una pasada? Anda, que no me costó a mí descubrirla: ¡lo que pesaban los prejuicios progres, que hacían de la copla una historia de caspa y cutrez y facherío! Anda, lo que me estuve perdiendo durante años y años, por boba...
Hola Inde.
De Doña Concha Piquer todavía no me atrevo a decir ná, con escucharla tengo bastante.
Tu has usado la palabra. Prejuicios progres. En la música desde luego eran un error y he de confesar algo: Jamás de los jamases hubiera reconocido en aquellos años que escuchaba a la Piquer y ya puestos... aunque llegué a ella un poco más tarde, todavía me acompaña barriendo y fregando el suelo, ¿qué me dices de María Dolores Pradera? y hasta aqui hemos llegado que esto se puede convertir en una competiciòn de confesiones inconfesables :-))))
En cuanto a la caspa, la cutrez y el facherío,tengo otra confesión que hacer, y ya puestos creo que este es un buen momento para soltarla, esa es la sensación que a mi siempre me produjeron las jotas aragonesas y por eso nunca me han gustado.
Menos mal que vino Carmen Paris y de alguna manera me reconcilió con el genero.
Salu2 Córneos.
PD: No te puedes hacer ni idea de la alegría que me ha traido tu comentario. Pero no puedo pasar por alto el único error que contiene y que desmentiré al estilo García Tola: Nena, tu no eres boba.
;-)
Smuak!
:)
Publicar un comentario
<< Home