Vivir para contarlo
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Ayer crucé el río Cinca para asistir al concierto organizado por Rap Sólo para conmemorar el Viernes de Pasión, corté la niebla del casco histórico de Fraga y degusté un excelente helado de melocotón con vino como preludio a una sesión de hip-hop.
Tras el tradicional rasgado de la entrada me encontré con la primera sorpresa: Xhelazz estaba repartiendo pegatinas para promocionar el lanzamiento de su primer disco de larga duración. Un poco más tarde estaba sobre el escenario haciendo gala de su calidad como escritor, rapero y comunicador. Comenzó a capella mostrando derroche de ganas, brillantez en las rimas, disfruta las tablas y desde allí lanza una enorme cantidad de ideas políticas, pasión por la vida, apología por la cultura clásica de la lectura y un claro mensaje: Si tienes un bolígrafo para escribir tus ideas tienes un arma muy poderosa entre las manos. Una breve actuación que nos dejó con ganas de mucho más
R de Rumba tomó el mando de los platos portando la camiseta serigrafiada con la estampa de ese Chamán del ritmo llamado James Brown. Esa iconografía resume perfectamente la evolución en el sonido de Violadores del Verso que discurre desde su capacidad natural de subir la temperatura a base de más duro hardcore, hasta la delicia de deslizar las palabras entre mezclas lounge y sonidos cercanos al jazz o al funky. De las manos del pinchadiscos que en “otra vida fue Vivaldi” emanó el sonido imperial de los grandes acontecimientos, de las trompetas que anuncian los combates y la llegada triunfal de los tres púgiles más en forma del hip-hop nacional.
Maestro Sho Hai en su papel de histriónico, gestual en cada línea y con unas gafas blancas de sol que podían ser la envidia de cualquier latino de la Florida del Caribe, versos crudos, sin aderezos, sexo, sudor y todo tipo de fluidos.
Lírico siempre elegante de rimas largas, el gentleman de los versos, seguro, eficaz y siempre comedido, austero en la pose, brillante en el discurso y generoso con el público al que atiende, mira y saluda sin cesar.
Kase O es la fuerza bruta de la calle destilada en creatividad, energía y poderío, disfruta de sus líneas como si fuera el primer día y tiene la musculatura suficiente para levantar a todo el auditorio a base de frases que ya son himnos.
Violadores del Veros arrasaron ante un público que coreó la avalancha de palabras que estos poetas del micro destilaron en dosis de brillantes canciones.

6 Comments:
Versos con sabor a vida.
Hola Sintagma.
Los raperos tienen una ventaja: Quieren contar el mundo tal y como es desde la rima y eso, estoy de acuerdo contigo, son versos con sabor a vida.
Salu2 Córneos.
Javier, cómo me gusta este trabajo de estos chicos...
y que bandido, que los has disfrutado (y yo que me alegro)
te dejo un abrazo
Hola Paula.
¿Bandido? ¿no se llamaba así un bar de copas de por allá los años ochenta :-)))))
Creo que en el mes de junio actúan en Zaragoza en un festival de hip-hop, permanezcan atentos a sus pantallas.
Salu2 Córneos y un abrazo.
Ya estás como Gabo: ¡Vivir para contarla!
Hola Monique.
Vivir ya sería suficientemente bueno, si lo puedo inventar, lo mejor.
En una entrada anterior conté mi encuentro con Lírico. Le pregunté si el título de su disco (Vivir para contarlo) tenía algo que ver con García Márquez. Me contestó que no, al menos de forma consciente ;-)
Salu2 Córneos.
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