La curvatura de la córnea

04 febrero 2007

Un SMS, dos llamadas telefónicas y la manzana 123

El contestador decía lo mismo durante los últimos días. “Este mensaje es para Don Javier López. La lápida de Don Isaac ya esta instalada. Le ruego se ponga en contacto conmigo para confirmar que ha recibido este aviso. Gracias” La voz del dependiente de Mármoles Serrano tenía mucho más empaque en la grabación que el día que estuve en la tienda. Fui hasta allí con mi hermana, hasta la última parada del 33, junto a la antigua cárcel. Me decepcioné un poco porque había imaginado una gran avenida con miles de tiendas dedicadas al negocio de la venta de lápidas. Tradicionales de toda la vida, modernas con diseños atrevidos, grandes superficies en las que podrías encontrar todo tipo de complementos para tumbas, nichos y columbarios. Pero no, sólo dos almacenes coronaban el final de la Avenida América. Teníamos claro lo que queríamos comprar. El señor que nos atendió se quedó un poco perplejo cuando corté su disertación sobre modelos, colores y calidades. “En realidad hemos pensado en lo más sencillo que tenga”
Intenté varias veces hablar con Mármoles Serrano pero todas ellas me encontré con un extraño ruido de fax. A esa estúpida circunstancia me estuve acogiendo para no ir a comprobar que el trabajo de los marmolistas había sido el contratado. Llegué a soñar que el nombre de mi padre, su fecha de nacimiento y la de su defunción había sido modificadas por el error, el despiste o la impericia de algún aprendiz más pendiente del último SMS de su novia que de tallar con precisión cientos de Descanse En Paz.
La duda se resolvió con otra llamada. La secretaría de la Oficina de Personal telefoneó a mi sección de trabajo para informarnos de la muerte de Antonio Vida Santana, un compañero que disfrutaba de su jubilación desde hacía seis años y con el que compartí muchos turnos de mañana, tarde y noche. Ya no había excusas posibles, iba a subir al complejo funerario de Torrero y la visita a mi padre se terciaba como obligada.
Antonio Vida llegó a Zaragoza desde su Baena natal con la misma intención que todos los inmigrantes de todas las épocas: Mejorar sus condiciones de vida y las de la familia. Como muchos de los andaluces que conozco, pasen los años que pasen, Antonio tampoco perdió parte de ese característico acento de las tierras del sur y que le permitía, contase lo que contase, tener siempre cierta chispa que te llevaba a la sonrisa de cuando era un niño chico, de lo duro del trabajo de antaño y de sus ganas para jubilarse y dar largos paseos por las inmediaciones de Villanúa.
Nos contaba que empezó en la construcción como encofrador y ferrallista hasta que terminó con los cimientos del edificio para la nueva onduladora en la fábrica de papel La Montañanesa y se quedó en plantilla. Fueron años duros, días de no llegar a fin de mes con cuatro hijos sentados a la mesa y de cómo algunos tomates, un par de lechugas y un manojo de cebollas se apiadaban de él hasta el punto de introducirse en un saquete que solía llevar en una motillo de 45. Una vez se vio sorprendido por dueño de aquellos hortales donde las verduras tenían sentimientos de solidaridad con el necesitado. Sintió vergüenza al verse descubierto pero el pundonor acudió en su ayuda en forma de contundente argumento «Ya sabes lo que dice Franco» le dijo al agricultor «lo que hay en España es de los españoles»
Recordé esta anécdota, y un ciento más, durante la ya escuchada homilía. La misa funeral se celebró en la capilla número cuatro, la misma donde acontecieron las exequias a mi cuñado y a mi padre. Busqué algún rastro de ellos en las paredes, en el suelo y en las escaleras de acceso al altar pero no sentí nada. La paz este con nosotros me sacó de mis viajes y un móvil con el último éxito de Bisbal me clavó definitivamente en este mundo.
Familiares, amigos y compañeros seguimos a Antonio hasta el nicho determinado por la concesión municipal y de allí caminé hasta la manzana 123.
Mármoles Serrano había cumplido con lo que se le encargó: Una lápida de color gris sobre la que el cincel labró una cruz y

Don ISAAC LOPEZ MIR
16 de julio de 1919
10 de diciembre de 2006
D.E.P.

Tres pitidos me avisaron de la recepción de un mensaje multimedia. Era la fotografía de un bebe. Me la enviaba Luís junto a un mensaje de texto que rezaba como sigue: Ha nacido Irene con tres kilos y cien gramos. Pili y la niña están muy bien.
Bajé de las alturas que cobijan a mi padre, crucé entre los dolientes del funeral que inauguraba una nueva manzana de nichos y aligeré el paso azotado por el cierzo. Los sonidos de mis pasos sobre la gravilla me recordaron la canción de Radio Futura “El Canto del Gallo” y suavecito empecé a silbar.

22 Comments:

At 04 febrero, 2007 20:06, Anonymous Anónimo said...

Es casi de lo que te he leído lo mejor para mi...esa sensación de estar entre el ayer..muerte, recuerdos,nostalgia...y el toque final de la vida llamándote al futuro...bueno siempre nos queda la memoria...un abrazo Javier.

 
At 05 febrero, 2007 00:39, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Fernando.

Gracias por el comentario. Me gusta construir historias que jueguen con el tiempo en un vaivén atractivo para el lector.

Y al final, como bien dices, sólo nos queda la memoria y el futuro.

Salu2 Córneos.

 
At 05 febrero, 2007 11:43, Blogger Paula said...

Y la vida se renueva, y la nueva semilla empieza a germinar en la tierra abonada de los que nos precedieron...

"Y al final, como bien dices, sólo nos queda la memoria y el futuro

y el presente, como un regalo"

Un abrazo

 
At 05 febrero, 2007 12:18, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Paula.

Acabo de termnar "La Busca" de Pío Baroja y he quitado el papel de celofán a "Los libros arden mal" de Manuel Rivas. El libro comienza con una referencia a un poema de Don Antonio Machado:
"Incierto es, en verdad, lo porvenir. ¿Quien sabe lo que va a pasar?
Pero incierto es también lo pretérito, ¿quien sabe lo que ha pasado?"

Salu2 Córneos y un abrazo.

PD: Todo lo que te escriba siempre estará teñido por el cariño del que escucha y la admiración del que te lee.

 
At 05 febrero, 2007 14:16, Anonymous Anónimo said...

Demasiado dolor alrededor ¿eh?, por lo menos al final hay una luz, una que empieza a brillar con ganas, con ilusión. Y sabes verla. Eso está bien.

 
At 05 febrero, 2007 18:05, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Lamima

Creo que es un buen ejercicio intentar virar las situaciones negativas o dolorosas hacia otra visión más global del entorno, eso sín, sin evitar el dolor, la pena o el llanto, al fin y al cabo forman parte de nuestros sentimientos y, sin olvidarlos o negarlos, tampoco creo que sea buenos convertirlos en los protagonistas de la peli. Están ahí y les tenemos que dar su espacio pero ni un milímetro más.

Salu2 Córneos. Lo que esta muy bien es que vengas hasta aqui y dejes tus comentarios.

 
At 05 febrero, 2007 18:47, Blogger Gubia said...

Sorprendete final como casi todo lo que nos regalas en estas páginas. La vida y la muerte a solo unos metros de distancia y tú testigo de todo ello, me ha gustado.Un abrazo

 
At 05 febrero, 2007 18:53, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Gubia.

Regalar a lectores tan amables como los que por aqui dejan sus comentarios es toda una alegría para mi.

Es un tópico pero hay pocas distancias tan cortas como la que separa la vida y la muerte.

Salu2 Córneos y un abrazo.

 
At 06 febrero, 2007 00:31, Blogger Paula said...

"Todo lo que te escriba siempre estará teñido por el cariño del que escucha y la admiración del que te lee..."


Eres un sol, Javier

de veras

 
At 06 febrero, 2007 17:21, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Paula...

...
..
.
.
..
...

Salu2 ruborizados.

 
At 06 febrero, 2007 18:45, Blogger Clarice Baricco said...

Gracias por visitarme y darme la oportunidad de leerte.
Ha sido un placer esta historia.
La disfruté.

Abrazos

 
At 06 febrero, 2007 19:06, Blogger Sintagma in Blue said...

Así es el juego de la vida y la muerte. Historias que acaban y otras que empiezan... y lo nuestro es caminar.

 
At 06 febrero, 2007 20:50, Blogger Txe Peligro said...

el ciclo de la vida.. unos vienen y otros van... el vivo al bollo

saludos!

 
At 06 febrero, 2007 21:25, Anonymous Anónimo said...

Excelente hasta que has metido lo del nacimiento. No era necesario. algunas historias no necesitan de esperanza...solo sentimiento.

 
At 07 febrero, 2007 13:46, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Clarice

Bienvenido a esta bitácora. Me alegro de que te gustara la lectura.

Un abarzo y Salu2 Córneos.

 
At 07 febrero, 2007 13:48, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Sintagma.

Creo que además de caminar, o precisamente por eso, las historias nunca acaban si somos capaces de recordar, de contar, de escribir. Esa es una de las utilidades de los contadores de historias: Que nunca se acaban.

Salu2 Córneos

 
At 07 febrero, 2007 13:49, Blogger Javier López Clemente said...

Hola txe.

Pero no sólo al bollo ;-)
Seguro que en ese edificio suyo también podemos ver el ciclo de la vida.

Salu2 Córneos.

 
At 07 febrero, 2007 13:54, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Retruécano.

He pensado mucho en tu puntualización porque era una variante que yo, ni siquiera habia valorado... y eso si que es grave ;-)

El texto funciona sin el nacimiento, es cierto y la imágen final incluso gana en poderío porque el silbido no tiene justificación evidente. Como siempre, y ya sabes como te lo agradezco, dando en el centro de la diana.

Pero por otro lado me gusta que la historia tenga su final circular, evidente y manido pero con un simbolismo que me gusta.

Ya ves, dudando como casi siempre.

Salu2 Córneos y con intención de dejar aflorar mis sentimientos... ya sabes

 
At 19 febrero, 2007 01:24, Blogger maite said...

hola javier hacía mucho tiempo que no te leía, y esta es la primera historia en la que me he parado, y voy a releerla, leo tan deprisa que se me escapan detalles...te mando un beso, contador de historias!!!

 
At 19 febrero, 2007 11:49, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Maite.

Me alegro de tu comentario porque reafirma que sigues viniendo hasta este rincón dónde siempre se agradece tu visita.

Salu2 Córneos.

 
At 25 febrero, 2007 11:50, Blogger JR said...

Javier, no había leído tu blog, y siguiéndote el rastro llego aquí y me encuentro perlas como ésta, un post precioso y con el móvil de trasfondo.

¡Enhorabuena! la tecnología no me llama más que la literatura, no en vano mi trabajo transcurre entre libros... miles de libros.

Saludos

 
At 26 febrero, 2007 22:55, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Javie Torres y bienvenido a esta bitácora. Es todo un lujo tu presencia en estos pagos.

Gracias por calificar de perla el relato.

Salu2 Córneos.

 

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