La curvatura de la córnea

13 octubre 2006

Poemas como rosas (II)

La sinfonía de sirenas traspasó el sueño perfumado en rosas hasta instalarse bajo mi balcón. Desperté en medio del sobresalto: El olor todavía permanecía. Salté de la cama, abrí la ventana y observé como un ligero manto de rosa palo cubría, a semejanza de la niebla, toda la calle de Silvestre Pérez hasta desparramarse con suavidad a tolo lo largo y ancho que mi mirada podía abarcar.
El tráfico estaba cortado por la presencia de un coche de la policía local, una cuadrilla de Protección Civil y un camión escalera de los bomberos. Los policías hablaban con el camarero del Bar Miguel que, indecente e indecoroso, señalaba si miramientos las ventanas de mi casa. Noté cierto revuelo con mi presencia y vi como un par de bomberos empezaban a accionar la escalera mecánica que iba ganando altura muy lentamente.
Un par de timbrazos me sacaron de la quietud absorta en la que me hallaba. La televisión del portero automático no mentía, los dos policías locales me pedían sin asperezas que les abriese la puerta para un registro ordinario. Estuve tentado de no hacerlo pero abrí sin pedir más explicaciones.
Arremoliné el pijama sobre la cama y me vestí a la carrera. Salí a la puerta de la calle y esperé a los guardias.
— Buenos días maño — me soltó más fresco que una lechuga el más gordo de los dos.
— Buenos días los suyos — contesté mientras me florecía cara de tonto.
— ¿Es usted Don Javier López Clemente?
— Si señor, ¿ocurre algo?
— ¿Es usted el propietario del piso?
— A medias — intenté hacer una gracia — Aunque la que manda aquí es la parienta.
— Y… ¿está en casa la parienta?
— Pues no, señor guardia, esta trabajando. Pero dígame ¿ocurre algo?
— Mire señor López, a nada que usted tenga el sentido del olfato medianamente bien habrá comprobado que de su casa sale un olor a rosas que llega hasta Palencia. No, no ponga cara de asustado, ¡hasta Palencia!
— Señor guardia — intenté mantener la calma — que quiere usted que le diga. Eso es cosa del teclado del ordenador, ayer se puso a expeler ese aroma y yo no he podido hacer nada. ¿Hasta Palencia me dice usted?
— Eso lo tendrá usted que dilucidar delante del señor juez.
Mientras se producía esta conversación los bomberos habían accedido al balcón y entraron a casa aprovechando que había olvidado cerrar la puerta. Venían equipados con los trajes blancos que alguna vez había visto por la tele, en esos simulacros de guerra nuclear, química o bacteriológica. Portaban un extraño aparato que comenzó a pitar al llegar junto al ordenador, el que parecía el jefe hizo una señal y en menos de los que canta un gallo envasaron al vacío mi equipo informático.
El olor desapareció, la neblina rosa de diluyo en un periquete y los peatones que alcahueteaban en las aceras de la calle rompieron en un fragor de aplausos
— Ya lo siento —me dijo el menos gordo de lo guardias— pero son las normas. — Y me esposó con cierta torpeza.
— ¡Esto es una atropello! ¡Si ni siquiera me han leído mis derechos y desconozco la acusación!
— Tiene derecho a guardar silencio y a llamar a su abogado, si no tiene uno se le asignará de oficio. Todo lo que diga a partir de este momento podrá ser utilizado en su contra. Se encuentra detenido por un delito grave de contaminación olorosa del tipo rosa rosae.

12 Comments:

At 14 octubre, 2006 00:31, Blogger Paula said...

oye Javier...

y si te detienen y te llevan a comisaría, ¿quién va a seguir contándonos esta historia?

Dime dónde tengo que ir a pagar la fianza, anda

Un abrazo mientras, y no te preocupes, que todo va a salir bien

 
At 14 octubre, 2006 10:30, Blogger El detective amaestrado said...

Propagando olor a rosas...Si es que vas provocando, córneo, ¿tú no has visto en que tipo de días vivimos?

 
At 15 octubre, 2006 03:05, Blogger Andrea González-Villablanca said...

GRACIAS POR TU VISITA EN MI BLOG...
TE ESTOY LEYENDO!!!!!!!!!!!
UN ABRAZO
ANDREA

 
At 15 octubre, 2006 15:14, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Paula y gracias por tu ofrecimiento.
Afortunadamente después de mi detención, traslado a comisaría y juicio rápido me han dejado en libertad sin fianza, eso sí, estoy a la espera de la sentencia de la os mantendré puntualmente informados.
Un abrazo aunque, no lo puedo evitar, un poquitin preocupado.

 
At 15 octubre, 2006 15:16, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Detective.
¿Provocando? ya veo que no has sido testigo de mis famosas posturitas provocativas.
Veo el mundo en el que vivimos, lo veo, lo miro y sueño cada día con oler a rosas...
Salu2.

 
At 15 octubre, 2006 15:17, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Andrea.
(Intento cantar a ritmo de bolero)

Si tu me dices te leo, lo dejo todo.

Un abrazo.

 
At 15 octubre, 2006 18:12, Blogger pazzos said...

No intente enmascarar con literatura la gravedad de su delito.

¡Hasta dónde vamos a llegar! Propagando aroma de rosas nada menos. Hace tiempo que sus vecinos lo tenemos muy calado. Acaso no sabe que hay naricillas infantiles inocentes que no conocen otro olor que el monóxido y el ketchup. ¿Qué puede pasarles si a un desaprensivo como usted se le ocurre por ejemplo esparcer el olor de la lavanda todavía más salvaje y peligroso. Es usted un inconsciente.

 
At 15 octubre, 2006 18:36, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Pazzos y bienvenido a esta bitácora.

Lo cierto es que desconocía que leer poesia y expandir olorosas oleadas de rosas era un delito.
Pero ya me ves, estoy esperando la sentencia del juez que espero no sea muy dura.
En esa bondad de la justicia tenía puestas mis esperanzas hasta que he leído tu comentario. Ahora estoy preocupado porque nunca pensé en lo maligno de este hecho para los pobres niños, ¡con lo que me a mi me gustan! (espero que no adjundiquen un sentido contrario al mío en la frase anterior)
Tal vez, como afirmas, sea un inconsciente y necesite algún tipo de amonestación pero se lo aseguro, este que aqui escribe no es un delincuente.
Salu2 y gracias por la visita.

 
At 15 octubre, 2006 20:23, Blogger Paula said...

Si ya estás en casa, respiramos tranquilos. Del resto nos preocuparemos cuando llegue el momento

Un abrazo, y lo dicho

ni te preocupes

Vaya mundo en el que vivimos, de verdad...

 
At 16 octubre, 2006 15:59, Blogger Gubia said...

Javi, aqui en Palencia estamos encantado con ese olor a rosas que nos alegra el otoño, así que di en tu defensa a ese par de guardias que no nos pongan de pantalla para detenerte.
Si necesitas que vaya a testificar en tu defensa, cuenta conmigo. Por cierto, avisa con un par de días.
Un abrazo.

 
At 16 octubre, 2006 16:28, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Paula.
Ha sido una experiencia mi paso por los juzgados que si bien ha sido breve también ha sido para acojonarse (y perdón por la palabra pero creo que es la más idónea en este caso)
Gracias por el abrazo que devuelvo y ahora a esperar la sentencia.

 
At 16 octubre, 2006 16:31, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Gubia.
¡Eso mismo le dije la Juez! -Oiga que en Palencia están encantados con la fragancia- y el señor Juez movió la cabeza afirmando y reflexivo.
Gracias por tu ofrecimiento, desconozco los pasos judiciales que tendré que dar en el futuro, por ahora tengo que esperar la sentencia porque el juicio oral ya se ha celebrado.
Un abrazo, y un par más para dentro de un par de días.

 

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