De fiesta
Me he sentado ante el teclado que todavía huele a rosas. Lo he hecho con buen ánimo pero ha servido de poco. Tengo que continuar con la historia de Demetrio y terminar antes de un mes un relato para un concurso. Ambas historias están perfiladas en mi cabeza pero las teclas recelan de mis ocurrencias, huyen, se escapan. Las vocales se han ido de parranda al Casco Viejo, la eñe busca trabajo en el circo y los números han formado una charanga bullanguera que ahora recorre las calles del barrio.
2 Comments:
¿eran tus números los que anoche no me dejaron dormir?
Pamatate
en fin, porque eres tú, que si no...
Un abrazo
Hola Paula.
De verdad que lo siento pero, al fin y al cabo los números pertenecen al teclado, por cierto ahora caigo que no ha habido presentaciones, bueno ahí los tienes:
1 2 3 4 5 6 7 8 9 0
Espero que, por lo menos toquen bien.
Pamatate, es una expresión cojonudisma.
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