¿Te vienes conmigo?
El dedo corazón se hartó de ser la pareja de baile de aquel sonoro, soez y cada vez más frecuente « Qué te den» Estaba cansado de tanto ponerse firmes y decidió irse de viaje.
« ¿Te vienes conmigo? » le preguntó a su vecino índice. La respuesta fue negativa. ¿Qué haría el déspota de la mano sin el dedo para señalar, tocar el timbre y sacar los mocos de la nariz?
« ¿Te vienes conmigo? » le preguntó a su vecino anular. La respuesta fue negativa. ¿Qué haría el déspota de la mano sin el dedo que cargaba la pesada carga del anillo matrimonial más caro, más olvidado y más triste?
« ¿Te vienes conmigo? » le preguntó a su vecino pulgar. La respuesta fue negativa. ¿Qué haría el déspota de la mano sin el dedo que hacia arriba significaba que los gladiadores vivían y hacia abajo significaba que los gladiadores morían?
« ¿Te vienes conmigo? » le preguntó a su vecino meñique. La respuesta fue negativa. ¿Qué haría el déspota de la mano sin el dedo especializado en estirarse mientras se tomaba una taza de té?
El dedo corazón no se atrevió a partir sólo en aquella aventura y terminó mutilado por el manguito neumático de una grapadora industrial. Desde entonces, al déspota de la mano, le llaman El Seisdedos.
« ¿Te vienes conmigo? » le preguntó a su vecino índice. La respuesta fue negativa. ¿Qué haría el déspota de la mano sin el dedo para señalar, tocar el timbre y sacar los mocos de la nariz?
« ¿Te vienes conmigo? » le preguntó a su vecino anular. La respuesta fue negativa. ¿Qué haría el déspota de la mano sin el dedo que cargaba la pesada carga del anillo matrimonial más caro, más olvidado y más triste?
« ¿Te vienes conmigo? » le preguntó a su vecino pulgar. La respuesta fue negativa. ¿Qué haría el déspota de la mano sin el dedo que hacia arriba significaba que los gladiadores vivían y hacia abajo significaba que los gladiadores morían?
« ¿Te vienes conmigo? » le preguntó a su vecino meñique. La respuesta fue negativa. ¿Qué haría el déspota de la mano sin el dedo especializado en estirarse mientras se tomaba una taza de té?
El dedo corazón no se atrevió a partir sólo en aquella aventura y terminó mutilado por el manguito neumático de una grapadora industrial. Desde entonces, al déspota de la mano, le llaman El Seisdedos.
13 Comments:
¡Hala!
Ese déspota es imprescindible para teclear la d, la k, la i, la e, la c y la coma...
HOla.
Lo cierto es que podemos elegir al déspota.
¿Es del dedo corazón o es el hombre que elige como utilizar cada dedo?
¿Por qué el resto de los dedos no esta cansado de su situación?
¿Si alguien se revela, cuantos acudiran en su ayuda?
Mmmmm....
Qué dedos más poco solidarios.
En todo caso, el dedo corazón, además de ser indispensable para luchar contra el teclado, sirve para mandar a la mierda al mundo cuando no das más... y también para darte los placeres más impensados e inenarrables; como por ejemplo, meter los dedos en un pote de jalea.
Por eso al mío no lo mandaría de viaje.
Un abrazo,
La Reina del Nilo anatómica.
PD: Busque su explicación sobre las marraquetas con palta, en post inmediatamente anterior.
Ahora sí, buenas noches!
Oye...
¿y nunca se han planteado, aunque sea por proximidad, formar un grupito y trabajar en equipo?
¡Cómo somos los humanos, y las respectivas manos¡¡¡
No dejamos de ser individualistas, cada dedo con su función, pero todos dependiendo un poco del resto. Al fin y al cabo es así como nos sentimos en la vida, solos y autosuficientes pero dependiendo de los demás en muchos campos...uff, como me he levantado hoy!!jajjaa. Besos
Hola Cleo.
Si, parecen poco solidarios, quizás el dedo corazón les debería haber explicado el motivo de su viaje. ¿No nos ocurre muchas veces? Planteamos las situaciones creyendo que los demás saben lo mismo que nosotros pero… quizá no sea así.
Creo que el dedo corazón de la historia, precisamente, esta harto de servir al dueño de la mano para mandar a tomar viento a todo quisqui. Tal vez se ha cansado de ser un correveidile.
Mmmmmmm, en un pote de jalea. Te aseguro, mi Reina, que mis dos dedos corazón han recorrido territorios tan apetecibles como ese.
Hola Paula.
Desconozco si los dedos de la historia han trabajado en grupo en alguna ocasión. Los míos lo han hecho y no en pocas ocasiones. Lo prometo ;-)
Hola Gubia.
Quizás ese sea el secreto: Saber estar solo cuando toca y depender un poco de los demás también cuando toca. Autosuficientes es una meta demasiado grande.
Aplausos con lo que une a los cinco dedos en su inicio. Desde Las Palmas, como es mi caso
Hola Detective.
Gracias por los aplausos que, sin duda, me ayudaran a escalar el castillo ;-)
Las Palmas, debería regresar a Las Palmas porque mi memoria, siempre injusta, selectiva y roñosa sólo guarda la imágen de La Isleta y las borracheras dislocadas del Gure Etxea.
Supongo que hiciste la mili aquí, y trasegarías litros de cerveza y leche pantera en el bodegón vasco...
Hola Detective
¿Leche Pantera? Eso debe ser muy moderno... o muy antiguo ;-)
Litros y litros de cerveza, Calimocho y Josemari (vino con naranja)
Sería injusto si no te dijera que también guardo otras imágenes, más diluidas. Recuerdo ir a ver "Peggy Sue se casó" en un cine dónde las paredes, las butacas y todo lo demás era de color rosa.
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