Galletas
Esta mañana he vertido la leche caliente en el tazón. Por una vez la publicidad se reveló cierta y el Cola-Cao Turbo se disolvió en un santiamén. Recordé el Cola-Cao tradicional y la hermosa dificultad de agitarlo y agitarlo. Sorbí la leche caliente y dejé tres dedos desde el borde de la taza hasta la superficie liquida, el espacio justo para introducir seis galletas María de Fontaneda. He recordado como las aplastaba hasta que quedaban rotas y empadas. Después he intentado capturar el olor de Aguilar de Campoo pero no lo he logrado. Creo que una multinacional cerró la fábrica en busca de mejores rendimientos y una reducción de costes. Por mi parte, hoy hace seis años que dejé de desayunar galletas. Fue un estúpido intento de hacerme adulto.
16 Comments:
hola javier! hoy he empezado a leer tu blog, me iré pasando pa leerte...
no dejemos de hacer nada porque nos parezca inapropiado a la edad o al momento, y digo yo...¿por qué no convertirte en una croqueta en la playa? ¿por qué hay que estar tumbado cara al sol, porque todos los adultos lo hacen? pues no, vamos a saltar las olas y que nos revuelquen hasta la orilla para después vaciarnos el bañador de tres kilos de arena...
Cola Cao Turbo!
Eso sí que no está en mis libros...
Pero tu post me trajo iguales reminiscencias de algunos desayunos infantiles con productos que no entraré a detallar por su carácter altamente local (por ejemplo, leche con Cerelac y marraquetas con palta).
Dios bendiga al niñ@ que todos llevamos dentro!
Un abrazote
La Reina del Nilo alimenticia.
Oye Javier...
¿y te acuerdas de cuando el Cola-Cao no se disolvía del todo y al beber del tazón (que ya no son tan grandes como entonces)te encontrabas con un grumo en la boca?
Ummm, qué rico. Estoy pensando que quizá esa fue mi primera experiencia con diferentes texturas a la hora de saborear algo:
colacao, galletas y grumos
¡y cómo llueve!!!
reminiscencias del ayer, nostalgia... q fantástico era tomar Cola-Cao con galletitas.
Fe en el Caos.
Hola Maite y bienvenida.
Me alegra que vegas a esta bitácora y además me dejes esta nota.
Tienes razón, ¿por qué enconrsetarnos con la edad?
Lo cierto es que este verano, menos croqueta de playa, he saltado las olas, me he revolcado por la orilla y he construido horrorosos castillos de arena... a tres kilos en los bolsillos nunca he llegado.
Pero, pese a todo, a veces no hago cosas que me apetecen por estar del lado de los aburridos adultos.
Hola Cleo.
Parece un gran invento, pero no lo es, el Cola-Cao Turbo es bastante aburrido y eficaz.
Por favor necesito una expliación. ¡¡¡Marraquetas con palta suena de maravilla!!! y me gustaría saber de que hablamos.
Por cierto, los localismo de tu lenguaje es una de las cosas que más me atraen de tus textos, mi reina
Hola Paula.
Lo cierto es que yo siempre diluia el ColaCao a conciencia. Dos cucharaditas rebosantes, llenar el tazón por la mitad de leche templadita y agitar hasta conseguir disolver el producto totalmente, terminar de rellenar el tazón.
¿Recuedas la peticiòn que hice ayer sobre la lluvia? pues ya ves que se ha cumplido
Hola aPerdectCircle y bienvenido.
A veces la nostálgia me da un poco de miedo, nunca me ha gustado mirar atrás acompañado de ese sentimiento, tal vez sea la edad que no me perdona. jajajajaja
No hace falta tener fe, el caos vive entre nosotros.
El colacao como metáfora de la infancia perdida...Tardes con los Chipiritiflauticos
no te cortes! Por muchos años que tengas, como galletas María, remueve el cola-cao con la leche, salta sobre los charcos, riéte de la gente... Un consejo de una muchacha de pies pequeños que sabe de lo que habla.
Hola Detective.
Las referencias que tengo de los Chiripitiflauticos me las ha dado mi mujer, ella me ha hablado muchas veces de Los Hermanos Mala Sombra, El Capitán Tán, de Valentina y Locomotoro.
A esas horas de la tarde yo sólo me acuerdo del esvarizaculos, las cuatro esquinas, y la ascensión, detrás de los mayores, al monte Gurugú.
Me parece que mis primeros recuerdos televisivos son de La Cometa Blanca.
Hola Pies Diminutos y bienvenida a esta bitácora.
¡¡Saltar sobre los charcos!!
El día que estrené mis primeras botas de agua hicimos una expedición río arriba, queríamos salvar a todos los árboles tronchados por la tormenta. Quedé totalmente empapado, desde la punta de los dedos hasta arriba de la cabeza.
¡¡Golpear una árbol joven con las hojas húmedas y… a correr!!
Hasta hace poco, el olor de Aguilar de Campoo debía de ser muy parecido al del Paseo Teruel, donde estaba Gullón y por donde no era muy aconsejable pasar a una hora en la que se tuviera hambre. Ahora ya no huele. Habrán puesto una inmobiliaria, o algo así.
Querido Javi, te debía la explicación del localismo: marraqueta le llamamos a un tipo especial de pan, similar a un bollo; la marraqueta es la reina de nuestra mesa y me atrevería a decir que el alimento más consumido por estos lados.
Por su lado, la sabrosa palta es el nombre con que por acá conocemos a los aguacates. Para acompañar el pan, se muele y se sazona con aceite y sal, quedando convertida en una exquisita pasta. Los más audaces le agregan algo de ajo, también.
Si algún día tienes la posibilidad de apersonarte en mi imperio, quedas cordialmente invitado a tomar el té, acompañado de pan con palta.
Un beso,
La Reina del Nilo recetaria.
Hola Inde.
Olores a pan. Es un grato recuerdo. Yo compraba el pan en la tienda de la Leonor aunque ellos no lo elaboraban. Pero sin lugar a dudas el mejor olor a pan lo tengo de la panadería de la Pepita.
Hola Cleo.
El Servicio Militar lo hice en las Islas Canarias y pude disfrutar de algunos desayunos de pan y aguacate. Las frutas las traían algunos soldados residentes canarios.
Pero claro, nada que ver con tu amable invitación a tomar el té, mi Reina.
Te tomo el beso y la palabra.
(Hoy tengo que hacer la compra y voy a comprar aguacates)
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