La curvatura de la córnea

09 agosto 2006

Oler el miedo

Ocurrió anoche durante el tortuoso camino que lleva al territorio del sueño. La respiración se cortó. Fue brusco. Me ahogaba. Salté de la cama mientras mi mujer gritaba «¿qué te ocurre Javi, qué te ocurre?» No pude contestar por falta de oxígeno.
Pasaron miles de horas y siempre supe que no iba a morir. Ella chillaba pero yo no veía pasar mi vida como en una película, ni avisté ningún túnel con iluminación al fondo.
La respiración llegó a trompicones, ella solita, sin que nadie la llamara. Carraspeé varías veces y todo volvió a funcionar con normalidad. Tardé bastante en dormirme y ahora, diecisiete horas después, aún puedo oler el miedo.
¿Qué me pasó?

5 Comments:

At 10 agosto, 2006 01:37, Blogger ana martinez said...

Lo siento, sólo se me ocurre pensar en el susto de tu mujer...

 
At 10 agosto, 2006 12:24, Blogger Txe Peligro said...

vaya, hágaselo mirar y cuídese.

ah, y no tenga miedo.

saludos

 
At 10 agosto, 2006 16:11, Anonymous Anónimo said...

¿El miedo se huele y la dicha se palpa?

Vaya susto, no? Sólo de pensar en la peli y el túnel me dan escalofríos.
Relájate!

 
At 10 agosto, 2006 16:15, Blogger Gubia said...

Que susto no? espero que vayas al médico y te digan que paso. Cuidate mucho mucho mucho eh? Un abrazo

 
At 10 agosto, 2006 16:28, Blogger Javier López Clemente said...

HOla a todos.
Ey, ey, ey chicos y chicas.
Tranquis, no pasa nada, supongamos que es sólo invención, vale, no lo es, bueno lo de que pasaron horas si, aunque a mi me lo parecieron.
Lo he pensado. Tal vez sea eso que pasa si duermes boca arriba...
En fin que no lo sé. De lo que estoy seguro es que no voy a ir al médico.
Gracias por vuestra preocupación.

Clarisa pregunta si el miedo se huele... :-) no voy a escribir aque el chistecito fácil sobre olores escatológicos.
La dicha, con seguridad se puede palpar, y comer, y beber, y soñar.

 

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