La curvatura de la córnea

06 agosto 2006

Junto al mar (V)

Me gusta pasear por la playa a la hora que el sol se ha rendido y aún permanece sobre el cielo pero en clara retirada, unas veces a zambullirse en el mar, otras a ocultarse tras las montañas.
Los primeros paseos vespertinos por la playa se adecuaban a la condición física de mi cuerpo. Escogía un ritmo en el caminar y lo procuraba mantener tanto sobre la arena mojada como a expensas de los últimos restos del oleaje. Este año ha sido imposible continuar con esta tradición.
Todos somos conscientes de la masificación digital que nos rodea y la playa no iba a ser menos. En cada metro cuadrado de costa me encontraba con cientos de bañistas portando una cámara de fotos, otra de video y algún teléfono móvil con flash, teleobjetivo y pantalla panorámica. Con toda esta fauna tecnológica a pleno rendimiento era imposible dar un paso sin interferir las instantáneas que inmortalizaban el abrazo de los cuñados, estorbar el traveling del abuelo sobre las olas o tapar las encantadoras florituras de un niño con cubo, pala y rastrillo.
La primera solución que se me ocurrió fue acomodar el paso a cada nueva escena con constantes frenazos, aceleraciones y paradas para no interferir tantas entrañables estampas veraniegas al borde* del mar (*borde, por el momento, sólo significa al lado de)
Pero era una solución molesta y poco funcional. No podía alcanzar la velocidad de crucero adecuada para la caminata y, sin embargo, casi nunca conseguía mi objetivo.
Al tercer día cambié de táctica. Traté de modificar la velocidad del paseo playero pero con la intención de salir en todas las fotos, intervenir en todos los vídeos y alegrar con mi figura todos y cada uno de los mega píxeles de la costa valenciana.
Lo reconozco, fue todo un triunfo. Los saludos afables a las abuelas de gorros floreados, la sonrisa, risa, carcajada Colgate para los niños y sus monigotes de arena, las palabras de ánimo a los nuevos Spielberg de salitre y sal. Mi imagen multiplicada hasta el infinito y más allá en todo un alarde de simpatía y narcisismo. Tanto ha sido la repercusión que he recibido una notificación de las autoridades turísticas de la Generalitat Valenciana para colaborar de una manera oficial, y espero que euro-cuantiosa, con la nueva imagen que se quiere exportar de las costas mediterráneas.
Así que, si el año que viene me ves en un cartel publicitario no te asustes, soy yo.

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11 Comments:

At 06 agosto, 2006 20:09, Blogger Ana said...

Je,je,je,je...

 
At 07 agosto, 2006 11:02, Anonymous Anónimo said...

Qué risa! Te imagino haciendo posados gratuitos por la orilla ...

 
At 07 agosto, 2006 11:15, Blogger Gubia said...

Me encantan esos paseos de mar y playa, pero en soledad o acompañada de poca gente. No hay cosa peor que una playa llena, me dispara los nervios.
Por cierto eso de modelo publicitario es nuevo no? que chico más completo.Abrazos

 
At 08 agosto, 2006 02:15, Blogger Txe Peligro said...

que bien la playa. Pruebe a sentarse "en el borde" de el mar.

y no se caiga.

saludos

 
At 08 agosto, 2006 16:09, Blogger Javier López Clemente said...

Hola ana c.
Desde que leí tu comentario no dejo de imaginarme como será tu risa, ¿alguna pista?

 
At 08 agosto, 2006 16:11, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Clarisa.
Cierto, muy cierto, pero los posados gratuitos se han acabado, a partir de ahora pagados.
Por cierto, mi último posado fue de madrugada y sentadito... permanezcan atentos a la pantalla que en próximos días tal vez aparezca esa foto por esta bitácora.

 
At 08 agosto, 2006 16:12, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Carlo, Epi y Blas.
Me alegro que te gustara. Vamos Carlos, a ti te gusta volar, deja la tierra firme para los humanos, jejejeje.
Salu2.

 
At 08 agosto, 2006 16:14, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Gubia.
Paseos de piedra, playa y mar. Creo que es un título aceptable.
Modelo publicitario en las horas libre que me deja el baile, ya sabes :-)

 
At 08 agosto, 2006 16:17, Blogger Javier López Clemente said...

HOla txe.
Sentados al borde de una escalera con los pies colgando. Creo que es el título de una película italiana de serie B.
Estuve sentado al borde, te lo aseguro, pero esta vez no ocurrió nada especial, o si, un estúpido destruyó de una patada despistada mi proyecto de castillo. Ni siquiera se disculpó y ahora siempre pesará en mi pensamiento una pregunta ¿debería haber usado la violencia contra aquel patán?

 
At 09 agosto, 2006 17:17, Anonymous Anónimo said...

Recordando a Antonio Flores, "promete no usar la violencia" y frente a los que patean los castillos de arena, e incluso los castillos en el aire, construye castillos de letras ..... sobre el papel

 
At 09 agosto, 2006 17:28, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Clarisa.
Antonio Flores era grande.
Algún día tendré que contar como y cuándo escuché su primer disco. Fue en casa de un compañero de clase que.... (lo dejamos para otro día)
Al leer tu comentario pasé un poco de miedo, pensaba que me ibas a mandar a construir castillos de naipes. Pero no, siempre tan amable.
Gracias por tu visita.

 

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