Otra cañita
La tarde era perfecta para caminar por el Paseo de la Independería clausurado al tráfico rodado —algo que debería ser marca de la ciudad para todos los domingos y festivos. Las aceras laterales tomadas por los libros y mucho público.
Siempre hago todo el recorrido de tenderetes aunque ya sé que sólo voy a pararme en un par de ellos. En el Portador de Sueños pregunté por la aventura del señor topo que buscaba al responsable de aquella cosa sobre su cabeza —aquella cosa es una cagarruta escurrida y con muy mala pinta— Me dijeron que estaba agotado pero que lo habían vuelto a pedir. Tendré que intentarlo de nuevo.
En Xordica estuve indeciso entre el primer y segundo libro de Daniel Gascón. Cuando me había decido por La edad del pavo el editor me recomendó el otro. Hubo un segundo de tensión. «El primero es una obra de inicial. El segundo es un libro mucho más sólido, más maduro» Ya no rectifico «El fumador pasivo» le dije «para la Feria del Libro»
De regreso a casa tomamos un par de cañas en el Linacero Café —un bareto de visita obligada aunque sólo sea para recorrer sus paredes con la vista de la nostalgia— Estuve ojeando el Heraldo de Aragón. Hay veces que leyendo el periódico me quedo más pa´lla que pa´ki, como en otra dimensión. Eso me ha pasado tras leer unas declaraciones de David Bustamente (ex-concursante de mi adorada Operación Triunfo en su primera edición) con James Brown de banda sonora. “O Bisbal o Chenoa faltarán a mi boda para evitar a periodistas buscando morbo”
Me pedí otra cañita para reflexionar sobre el matrimonio; una segunda para recapitular mis morbos; la tercera se la dediqué a los periodistas —incluidos todos los aledaños; — y la última fue para recordar a todos los cantantes que me han emocionado. La lista es paradójica pero, gracias a Dios, no contiene a Bustamante.
Siempre hago todo el recorrido de tenderetes aunque ya sé que sólo voy a pararme en un par de ellos. En el Portador de Sueños pregunté por la aventura del señor topo que buscaba al responsable de aquella cosa sobre su cabeza —aquella cosa es una cagarruta escurrida y con muy mala pinta— Me dijeron que estaba agotado pero que lo habían vuelto a pedir. Tendré que intentarlo de nuevo.
En Xordica estuve indeciso entre el primer y segundo libro de Daniel Gascón. Cuando me había decido por La edad del pavo el editor me recomendó el otro. Hubo un segundo de tensión. «El primero es una obra de inicial. El segundo es un libro mucho más sólido, más maduro» Ya no rectifico «El fumador pasivo» le dije «para la Feria del Libro»
De regreso a casa tomamos un par de cañas en el Linacero Café —un bareto de visita obligada aunque sólo sea para recorrer sus paredes con la vista de la nostalgia— Estuve ojeando el Heraldo de Aragón. Hay veces que leyendo el periódico me quedo más pa´lla que pa´ki, como en otra dimensión. Eso me ha pasado tras leer unas declaraciones de David Bustamente (ex-concursante de mi adorada Operación Triunfo en su primera edición) con James Brown de banda sonora. “O Bisbal o Chenoa faltarán a mi boda para evitar a periodistas buscando morbo”
Me pedí otra cañita para reflexionar sobre el matrimonio; una segunda para recapitular mis morbos; la tercera se la dediqué a los periodistas —incluidos todos los aledaños; — y la última fue para recordar a todos los cantantes que me han emocionado. La lista es paradójica pero, gracias a Dios, no contiene a Bustamante.
Etiquetas: Relato
11 Comments:
No por favor, a Bustamente no,jaja.
No por favor, a Bustamente no,jaja.
De acuerdo Gubia, por ese lado no tienes que sufrir. Pero con una vez era suficiente :-)
jajaja,son mis dedos que van más rápido que mi cabeza:-)
En la catedral de aquí, tenemos un topo encima de la puerta. Cuenta la leyenda que en la construcción del templo, un topo deshacía por la noche lo que se había edificado por el día...dicen que era un diablo en forma de topo; el caso es que lo pillaron y se quedó petrificado, sobre la puerta, ya te digo.
Respecto al matrimonio...es la principal causa del divorcio.
Los periodistas...profesión en alza, algunas acaban siendo princesas.
De Bustamante y O.T. me reservo la opinión.
Ha sido impresionante lo de este año. Hecho en falta que en tu "mirada" por el paseo del libro no hayas hecho mención al Día de Aragón. Yo estuve por la mañan y me gustó mucho, porque vi el am-biente festivo de un pueblo que unía dos cosas: la identidad como aragoneses y el libro.
Las cañas es lo importante...
Cuando uno se va..., acuden luego las palomitas a mancharte el "vaquero" limpio.
Saludos
Agustín
Las piedras de Gubia (es un buen título, eh), la catedral de Ana C con topo incluido, esto empieza a ser una Guía Turística.
Me gusta la leyenda del topo y tendré que ir a visitarlo. De hecho ya empecé con la rana de la Universidad de Salamanca que, por cierto, yo no la encontré, fue Migue quien la halló.
Hola Agustín.
La verdad es que no tuve presente lo del día de Aragón, debe ser porque vivo todos los días en esa región
Tal vez el ambiente festivo no se pasó a la tarde, yo sólo pude observar al personal paseando y husmeando entre los libros, que no es poco. Ay, ay, ay (no son lamentos, son bulerías) que eso de la identidad aragonesa me queda muy lejos porque… no la comprendo.
Javi, no suprimas los comentarios por favor. Con lo que me gustan y me hacen reir. La bronca era en plan jocoso también, sin renconr eh!
Lo de la identidad es muy sencillo...Cuando vuelves a casa en coche, despues de un viaje largo y entras en esos paisajes, colores, aromas y sonidos que sin saber muy bien porque sientes como propios.
Gracias Agustin...Eres un ejemplo.
Por cierto Agustin no esperes que la gente hable de Aragon...Casi sera mejor que no lo hagan.
Retruecano
Cuando estudiaba en Zaragoza regresaba a mi casa, a Utrillas. Era un viaje de un par de horas en autobuses destartalados. Siempre estaba atento a descubrir el cartel que, nada más pasar las Cuestas Blancas, que rezaba “Teruel”.Pero era después de la Cuesta de Santo Domingo, cuando me llegaban los aromas ácidos de los Lavaderos de Carbón, entonces ya me sentía en casa.
Pero faltaba lo mejor. Caminar por el barrio de las Casas Nuevas, encontrar a Migue en cualquier esquina y escuchar a las mujeres como si hubiera llegado a Triana. Y todo se transformaba en azahar, búcaro y hierbabuena. Ese es el Aragón que yo conozco, un Aragón por bulerías.
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