La curvatura de la córnea

22 abril 2006

La carretera del diluvio

Regresé a la carretera del diluvio. Han pasado tantos años que ya no recuerdo el ruido de la lluvia sobre la chapa del Ford Escort.
En las calles de Sallent me encontré con Ludmila Mercerón, mulata zaragozana que derritió las últimas nieves al ritmo del son, la guaracha y el guaguancó.
Ese no fue el motivo del viaje. El trayecto —esta vez a la inversa— hasta la A136 buscaba la inspiración, la fuerza y el valor que necesito para contar como escapamos de nuestro destino el día de la tormenta.
Pero creo que no lo he conseguido.

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4 Comments:

At 23 abril, 2006 22:31, Blogger Gubia said...

Te mando toda la inspiración, todo el valor y mi ánimo.Todos los viajes merecen la pena.Besos

 
At 23 abril, 2006 22:38, Blogger Javier López Clemente said...

Gracias Gubia :-)
Algún día viajaré hasta las piedras de tu puente. Me sentaré a su vera y atenderé a sus susurros.

 
At 24 abril, 2006 22:00, Blogger Gubia said...

Estas invitado de corazón, estoy segura de que las piedras hablarán contigo al atardecer, me han dicho que solo hay que saber escucharlas y yo sé que tú sabes hacerlo.

 
At 25 abril, 2006 15:36, Blogger Javier López Clemente said...

Creo que es la primera vez que alguien me dice que me invita de "corazón" Es emocionante.
Es cierto que puedo escuchar pero...¡tengo un pelligro cuando me pongo a hablar sin medida ni concierto!

 

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