La curvatura de la córnea

29 septiembre 2006

Ambrosio Galán

El cordero era el protagonista de las jornadas gastronómicas que organizaba el restaurante Albarracin. Ante un evento tan tentador allí nos reunimos el jueves pasado un grupo de amigos con la intención de cenar, charlar y pasar un buen rato.
Empezamos compartiendo un par de platos de jamón Ibérico, ensalada de escarola con queso rizado y migas a la pastora con uvas y huevo. Para segundo hubo que elegir entre costillas a la brasa o ternasco asado con patatas a lo pobre. Los excelentes manjares fueron regados con tinto del Somontano, chupitos de hierbas y cafés de todo tipo y variedad.
La andorga llena reclamaba una copichuela y el Concierto Sentido nos pareció una buena opción. El bar estaba lleno porque se celebraba una fiesta de no me preguntes que. Sobre el escenario dos chicas desvestidas de blanco con breves minifaldas, sujetador de pedrería y tocadas por un sombreo de cowgirl. Resultaba extraño la combinación de ir ataviadas a lo lejano oeste y que movieran las curvas de sus espléndidos cuerpos siguiendo los ritmos atronadores de la samba.
Apoyados en la barra no teníamos una buena perspectiva del espectáculo, así que sugerí una aproximación estratégica al escenario para disfrutar de la excelente planta de las vaqueras.
El flechazo fue inmediato, pasó por delante de mis narices y golpeó con extraordinaria precisión en los corazoncitos de las bailarinas. Ambas abandonaron el escenario manteniendo la flexibilidad de sus movimientos que evolucionaron a gatunos. Se acercaron ante el asombro del resto del personal y allí se plantaron, justo a mi ladito pero manoseando con desenfreno a Ambrosio Galán.
La chica de pelo largo trabajaba la parte de delante y la de pelo corto lo hacía por detrás. Las cuatro manos de manicura se movían con urgencia, diligencia y efectividad en busca de los puntos más sensibles de la anatomía de un Ambrosio Galán que puso cara de circunstancias mientras exhortaba a las muchachas con el tono amable de sus palabras «Vamos señoritas, por favor. Ahora no es el momento más oportuno para estas expresiones de afecto. Venga señoritas, hagan el favor de continuar con su estupendo show y dejemos esto para otra noche. Yo les agradezco su interés pero hoy no las puedo atender porque estoy con estos amigos.». Ambrosio nos señaló uno a uno y con ese gesto remarcó la cara de pasmados que se nos había quedado.
Yo no podía cerrar la boca ante la habilidad desplegadas por las féminas que en un momento de furia sacaron sus uñas y empezaron a arañarse con saña. « ¡Este hombre va a ser para mi!» La afirmación gimió de las bocas de las dos tigresas que habían abandonado el cuerpo de mi amigo y rodaban enlazadas en una lucha de gritos, mordiscos y tirones de pelo.
Se armó un revuelo de muy padre y señor mío. Algunos clientes pensaron que aquello era parte del espectáculo y jaleaban a las luchadoras que continuaban la disputa arrodilladas en medio del bar.
Ambrosio Galán las miró desolado desde sus dos metros de altura y nos hizo un gesto para que abandonáramos el garito. Le seguimos boquiabiertos, ojiplatos y enmudecidos. El veranillo de San Miguel nos esperaba en la Plaza de Salamero para regalarnos una espléndida temperatura. «Son las feromonas» dijo Ambrosio «Siempre se me disparan cuando como cordero»

10 Comments:

At 30 septiembre, 2006 11:21, Blogger Unknown said...

Buen Post. Chain me gusta. Puedes utilizar mis imagenes.
Hasta otra.

 
At 30 septiembre, 2006 14:44, Blogger Paula said...

NO me lo puedo creer.

No me puedo creer que os pasara esto que cuentas

Vamos, para alucinar...

Un abrazo, Javier, si es lo que tiene Zaragoza, el viento nos trastorna a todos un poco

Aunque es verdad que a unos más que a otros...

 
At 30 septiembre, 2006 15:18, Blogger El detective amaestrado said...

No sé que admirar más, si la cena gloriosa, la visión paradisíaca, o la manera de contarlo...Muy bien, córneo

 
At 01 octubre, 2006 12:17, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Liliana.
Gracias por el comentario y por el permiso, si, si que las utilizaré. Son estupéndas.
Salu2

 
At 01 octubre, 2006 12:18, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Paula.
jajajajaja
Lo cierto es que en esta bitácora, ya lo has podido ver otras veces, se mezcla sin orden ni concierto todo lo real y gran parte de los imaginario.
Un abrazo ventoso y de veranillo de San Miguel, anoche a las diez, veintitres graditos.

 
At 01 octubre, 2006 12:20, Blogger Javier López Clemente said...

Hola detective.

Yo, en cambio, no tengo dudas: Admiro tus textos :-)
Me gusta eso de córneo. Tal vez lo debería adoptar para bautizar a todos aquellos que navengan por estás páginas:

¡¡¡Os quiero Córneos!!!

¿Qué tal?

 
At 02 octubre, 2006 18:52, Blogger pies diminutos said...

Jajaja! Una anéctoda muy graciosa. Siempre nos quedará la duda de si es ficción o realidad, aunque, qué más da, verdad?

 
At 02 octubre, 2006 23:03, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Pies.
Me alegro mucho de esas carcajadas. No hay otra intención en esta entrada.

 
At 04 octubre, 2006 23:57, Blogger Cleo said...

Ja ja ja, buena anécdota.
Me recuerda a Mariano, un personaje de la serie de Antena 3 llamada "Aquí no hay quién viva", que acá vemos por TV cable (seguro que si no la has visto al menos la habrás oído nombrar alguna vez)

Ese Ambrosio salió todo un "metrozezual"!!!!

Un abrazo divertido,

La Reina del Nilo.

 
At 05 octubre, 2006 02:04, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Cleo
¿Pero Mariano no es el padre del portero?

"Aqui no hay quien viva" ha sido la serie más vista durante varias temporadas, o al menos en dura competencia con "7 vidas"

Un abrazo metrozezual

 

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