Rumbero
La alerta me llegó a través de un SMS enviado por mi amigo Suso y que decía: “Europa FM lanza en primicia la canción del mejillón. Creo que del Payo Manuel y Trini. No tiene desperdicio, segura canción del verano. Adonde vamos a parar…”
He de reconocer que soy asiduo oyente de Europa FM durante mis desvelos y su selección musical nocturna me parece aceptable. Sobre los cantantes citados no tenía ni la más remota idea, así que me tuve que lanzar a buscar esa tonadilla que Suso encuentra tan…, no me atrevo a usar ningún adjetivo porque, siendo objetivos, el autor de SMS ningún adjetivo usó.
Me resultó sencillo encontrar la cancioncilla de la discordia y, que quieren que les diga, es un bodrio de tomo y lomo. Quizás lo menos importante sea lo infumable de una letra mugrienta, plagada tópicos trillados, obscenos y con un aire casposo de muy mala calidad. Lo peor tampoco es el soniquete cansino y pobre del órgano Casio, un instrumento al que le tengo simpatía porque su sonido siempre me traslada a la confluencia de Doctor Iranzo con Batalla de Lepanto, al balcón desde dónde disfruté del arte que una familia de gitanos amplificaba por el barrio con el arrebato de la copla y acompañados de trompeta, teclas, voz, palmas, cabra y la alegría de vivir soñando de esquina en esquina.
Lo que realmente me parece una ofensa es que a este tipo se le conozca como “el rumbero verde”. Rumbero es un adjetivo tan grande que sólo se le puede aplicar a músicos de la talla de Paco de Lucía (Entre dos aguas), cantantes como Antonio González “El Pescailla” (Con él llegó la rumba), Peret (El muerto vivo), Gato Pérez (Gitanitos y morenos) y apurando los tiempos más modernos, Pata Negra, Kilo Veneno, Los Chichos, Los Chunguitos, Ojos de Brujo, Dusminguet, Estopa y, si me apuran, el DJ R de Rumba.
He de reconocer que soy asiduo oyente de Europa FM durante mis desvelos y su selección musical nocturna me parece aceptable. Sobre los cantantes citados no tenía ni la más remota idea, así que me tuve que lanzar a buscar esa tonadilla que Suso encuentra tan…, no me atrevo a usar ningún adjetivo porque, siendo objetivos, el autor de SMS ningún adjetivo usó.
Me resultó sencillo encontrar la cancioncilla de la discordia y, que quieren que les diga, es un bodrio de tomo y lomo. Quizás lo menos importante sea lo infumable de una letra mugrienta, plagada tópicos trillados, obscenos y con un aire casposo de muy mala calidad. Lo peor tampoco es el soniquete cansino y pobre del órgano Casio, un instrumento al que le tengo simpatía porque su sonido siempre me traslada a la confluencia de Doctor Iranzo con Batalla de Lepanto, al balcón desde dónde disfruté del arte que una familia de gitanos amplificaba por el barrio con el arrebato de la copla y acompañados de trompeta, teclas, voz, palmas, cabra y la alegría de vivir soñando de esquina en esquina.
Lo que realmente me parece una ofensa es que a este tipo se le conozca como “el rumbero verde”. Rumbero es un adjetivo tan grande que sólo se le puede aplicar a músicos de la talla de Paco de Lucía (Entre dos aguas), cantantes como Antonio González “El Pescailla” (Con él llegó la rumba), Peret (El muerto vivo), Gato Pérez (Gitanitos y morenos) y apurando los tiempos más modernos, Pata Negra, Kilo Veneno, Los Chichos, Los Chunguitos, Ojos de Brujo, Dusminguet, Estopa y, si me apuran, el DJ R de Rumba.
Etiquetas: reflexión
2 Comments:
¡Ay... que me apetece bailar!
Hola Princesa.
Lo confieso. Estoy muy contento de encotrarte en estos lares del pasado porque significas que estas buceando a fondo en la bitácora. Gracias por ello.
y venga ¡todos a bailar!
Publicar un comentario
<< Home