La curvatura de la córnea

26 septiembre 2010

Saltimbanco en Zaragoza



Los nómadas han llegado a la ciudad con sus pelucas de colores y máscaras para saltar. Gajitos de arco iris jalonan un camino que lleva a un lugar dónde la magia cambia monotonía por emoción. Son un ciento de saltimbanquis en el interior de una caja donde nunca se pone el sol.
Adagio de cuerpos entrelazados por las notas de una orquesta con guitarras desgarradas, teclados con cazuelas, un saxo despiadado y una cantante de satén. Sobre la tierra coloreada multitud de lagartijas listadas de verde y naranja que serpentean sobre el suelo, se elevan majestuosas y conquistan cuatro rascacielos que les llevan al cielo. El ciclista recorre la pista de las flores, boca arriba, boca abajo y tocando palmas con los pies. Las ruedas de la vida giran del derecho y del revés. Siete pelotas blancas cruzan el aire, rebotan el suelo, puntitos que forman trazos, trazos para dibujar. La danza es latido en brazos de gaucho sin caballo ni pampa. Amarran boladoras de taconeo, bombo y percusión. Catapulta de mil giros para conquistar las alturas con vuelos de sacacorcho. Imanes en el cuerpo, nudos en los pies, cabellos al viento de dos mujeres que vuelan en un ¡ay! Piedra sobre piedra. La fuerza rocosa hasta el límite del equilibrio. Torsión de los hombres fundidos en metal. Un ballet vertical para el aire. Pájaros blancos de revoloteo, calidoscopio de trapecio y tirabuzón. El mimo travieso de la gorra roja lleva el mundo prendido de las cuerdas vocales, nada necesita, sólo nuestra imaginación, déjala libre, atrévete a saltar. Entonces, el mimo con su magia te hará volar sobre el tedio, nadar hasta el fondo del mar, girar la rueda de la fortuna y cuando menos te lo esperes, vuelta a empezar.

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22 septiembre 2010

Un lugar al que volver

Estos videos son un modesto homenaje a aquellos que han sido capaces de inventar un lugar al que volver. Can Shelly es uno de esos lugares.

Primera Parte



Segunda Parte




Poema “Piedra” de Palau y Fabra:

Dura como el agua dura.
Raíz de sí misma.
En éxtasis perenne
la piedra perpetúa
la piedra, imagen pura,
y la idea de piedra
se nos hace del todo madura.


Extracto de la canción “Viaje a Itaca” de Llach:

Cuando salgas para hacer el viaje hacia Itaca
has de rogar que el camino sea largo,
Más lejos, tenéis que ir más lejos
de los árboles caídos que os aprisionan.
Y cuando los hayáis ganado
tened bien presente no deteneros.

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21 septiembre 2010

Tres irreductibles blogueras

Estamos en el martes 21 de septiembre del año 2010 después de Jesucristo. Muchos de los habitantes de Cesaraugusta que aman Irlanda se encuentran en el hall del Teatro Principal dónde celebra la presentación del libro “La mirada del bosque” de Chesús Yuste. Todos escuchamos atentamente las palabras del editor Antonio Rivero Taravillo, del escritor Antón Castro, del cinéfilo Alfredo Moreno y del actor Alfonso Desentre, cuya interpretación es acompañada por los músicos del grupo O´Carolan… ¿Todos? ¡No! Tres irreductibles blogueras, LaMima, Inde y Entrenómadas, no le quitan ojo al ágape:

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18 septiembre 2010

Amar en tiempos revueltos, en el Principal


El Teatro Principal de Zaragoza inauguró temporada el pasado viernes. Lo hizo con la magnífica idea de ofrecer a los Amigos del Teatro la posibilidad de, además de la tradicional y escasa bonificación para determinadas funciones, adquirir dos entradas al precio de una para el estreno mundial de “Amar en tiempos revueltos” El reclamo era de suficiente entidad como para pasar de Internet, acudir a las taquillas del teatro y encontrarme con sus encantadoras y eficientes taquilleras. Mientras hacía fila leí un cartel informativo dónde se decía que el salón de té del Principal –que en breve será restaurante- abriría una hora antes de la representación. La noticia redondeó mi alegría. Me gusta el ritual de tomar un café o una copa en ese magnífico espacio donde es una delicia leer el programa de mano de la función. A las siete y cuarto ya estaba delante de las puertas clausuradas del Principal. El público llegaba y las puertas seguían cerradas a cal y canto. Me puse en lo peor. Pensé en algún percance que impedía la normal apertura del edificio: Problemas técnicos con el montaje, accidente laboral de algún tramoyista, enfermedad de los actores. Al final, cuando el nerviosismo del público empezaba a ser evidente y cinco minutos antes de la hora señalada para el comienzo de la función, se abrieron las puertas. La sorpresa fue mayúscula cuando comprobé la causa aparente del retraso: El alcalde y su señora se apostaban junto al portero para saludar a los espectadores. La función comenzó con casi media hora de retraso, a los que hay que añadir los cuarenta y cinco minutos que estuve esperando en la puerta. Una manera peculiar de recibir y tratar a los aficionados al teatro. La sorpresa fue el ágape, pinchos de fruta, montaditos de jamón y cava, que esperaba al público al finalizar la función. Delicias de las que no pude disfrutar por avatares horarios.
El éxito de la serie “Amar en tiempo revueltos” entre la audiencia en general y mi parienta en particular llevó mi curiosidad de sobremesa hasta tan afamada telenovela. Encontré buenos diálogos, excelentes ambientaciones, tramas interesantes y un pero insalvable. Las acciones, elaboradas para desarrollarse a los largo de doscientos capítulos, ocurrían con tanta lentitud que terminaban por aburrirme.
Antonio Onetti tuvo la idea de sacar un pedacito de los más de mil capítulos emitidos y llevarlo al teatro, a no más de hora y media de representación. El autor eligió una trama que nos plantea como el poder de la dictadura franquista censuró a los escritores durante los años de la larga post guerra española. El texto tiene musculatura suficiente para traspasar lo catódico y aferrarse a las tablas, un salto que se sostiene gracias a como nos muestra la opacidad de un régimen dictatorial que, en la pantalla del televisor, aparece mucho más dulcificada por lo políticamente correcto, esa dosis extra de pimienta le sienta muy bien a la función y acrecienta su pátina histórica.
La primera alegría fue comprobar como todos y cada uno de los actores decían el texto con la solvencia que requiere el teatro sustentado en la palabra, una actitud profesional que se agradece y hace olvidar algunas otras producciones de susurros y dicciones sospechosas. El reparto nos regaló un trabajo brillante, sobrio en lo corporal y contundente en la expresión verbal. El texto posibilita que los personajes se desdoblen, o desarrollen diferentes planos de su personalidad, los actores recogen esa riqueza literaria y la elevan al territorio de la verdad, de la imprescindible credibilidad para que el público entre al juego de contemplar la vida y sus múltiples aspectos. Y por ahí viene también una de las pocas debilidades de esta función. La historia principal tiene demasiadas ramificaciones que, aunque ayudan a aliñar el entorno de la acción principal, prolongan y cuartean el ascenso dramático que pide el final de la obra, tal vez sería aconsejable que los autores no abrieran tantos frentes que necesitan un cierre para dar coherencia a todas y cada una de las tramas.
La escenografía se sustenta sobre dos paneles móviles, y una sencilla iluminación, que modifican con eficacia un espacio escénico que recorre lugares tan dispares como una casa burguesa, la cárcel o un populoso café.
La excelente ejecución artística y el práctico diseño técnico caminaron juntos en esta función que nos habla sobre el teatro desde el teatro, de los cómicos y su compromiso sagrado con el público, de los escritores y su compromiso con la historia que quieren contar, de la importancia de la libertad, de todos y cada uno de nosotros, de nuestros miedos más íntimos, y del largo y caprichoso brazo del poder que puede patearnos y domesticar nuestras vidas. Una función que nos invita a mirar al pasado como mecanismo de comprensión. El paso imprescindible para adentrarnos en un futuro libre de complejos y temores.
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Autores: Joseph María Benet I Jornet, Rodolf Sirera, Antonio Onetti

Dirección: Antonio Onetti

Ficha Artística: Cayetana Guillén Cuervo, Antonio Valero , Ricard Borrás, Verónika Moral, Jaume García, Sebastián Haro, Jaime Menéndez, Lara Grube

Ficha Técnica: (Diseño de escenografía) Ana Garay, (Diseño de iluminación) José Manuel Guerra, (Diseño de vestuario) Miguel Ángel Milán


Funciones:
Viernes 17: 20.00h
Sábado 18: 19.00h y 22.00h
Domingo 19: 19.00h
Miércoles 22: 21.00h
Jueves 23: 21.00h
Viernes 24: 22.00h
Sábado 25: 19.00h y 22

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15 septiembre 2010

Discurso de clausura de la Peña el Cencerro de Utrillas



Queridos amigos y amigas:


La Peña el Cencerro ha llegado a su fin en su veinticinco aniversario. El motivo del cierre no es la crisis. José Antonio, actual dueño del local, la necesita para otros menesteres. Veinticinco años de historia que han dado para mucho, toda una vida de avatares que se puede revisar en la página www.doblexyzlapeñaelcencerro.es.
1985 fue el primer año que Josefina Antón nos alquiló el local a precio fijo y para siempre. Un año, como los siguientes, de buscar carteles de las fiestas para decorar las paredes; seleccionar, fabricar y restaurar mesas, taburetes y estanterías. Todo muy cutre hasta llegar a la peña actual de cinco estrellas, cinco tenedores y cinco peñistas.
La mayor riqueza, desde el principio, fueron las mujeres. Las madres y los hijos se hacían notar. Ellos llenaron nuestra peña de vida y alegría durante muchos años. Como así me lo recordó Antonio Martínez Jr el día de su boda, cuando me confesó la grata memoria que guarda de sus andanzas en pantalón corto y el afecto que todos los zagales recibían en la peña.
Aragón siempre estuvo presente en nuestro ánimo y en las jotas que cantaban El Polo y Rafael, ayudados tímidamente por el resto de peñistas, unas interpretaciones extraordinarias que fueron admiración de propios, visitantes y de todos los que pasaban por la puerta.
La Peña el Cencerro mejoró con el paso del tiempo y las nuevas incorporaciones, aunque también las ausencias y los traslados nos obligaron a decir adiós.
Algunas costumbres arraigaron alrededor de la mesa. Ninguno de nosotros permaneceremos impasible cuando escuchemos la tradicional apertura gastronómica de las fiestas y su melón con jamón. O cuando el pobre de mi se acerca y la última cena, la de las sobras, pone broche final a los festejos. Pero si algo ha marcado la identidad de esta peña, ha sido la sangría, y la enorme suerte que hemos tenido de agradar con su sabor a todos los que nos han visitado.
El cura, durante la homilía de la Misa Mayor de esta mañana, ha subrayado la falta de diálogo y comunicación que la tele ha traído a las familias. Es evidente que el sacerdote no conoce a las mujeres de la Peña el Cencerro. En esta peña, como pasará en muchas otras, hemos rendido culto a la Amistad con mayúsculas. La amistad que perdura en el tiempo, que constituye una familia y que, aunque dejemos la peña, mantendremos –estoy seguro- como dice la canción: Unidos para siempre.
Gracias a todos los que nos han visitado y han compartido con nosotros bailes, alegrías y tristezas. Es imposible citarlos a todos, por eso hago mención especial de Javi y Miguela que nos han demostrado tanta fidelidad a lo largo de los años.
En este momento tan especial quiero recordar con mucho cariño a los que ya no están con nosotros: José “El Polo”, Manolo “El Gallego”, Rafael y Antonio. Estoy seguro que todos ellos fueron muy felices en esta peña. Antonio, mi mejor amigo, sé que lo fue.
Espero superar la nostalgia que tendré durante mucho tiempo y con alegría os digo: Hasta siempre amigos. Muchas gracias por todo. Queda clausurada la Peña el Cencerro.


José Cubino
Utrillas. 9 de Septiembre de 2010


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13 septiembre 2010

III Utrillas Bar Crawl y otros saraos

Fernando García Roche se fue a Londres en1990. El propósito del viaje era aprender inglés y obtener una titulación que diera fe de ello. Regresó doce meses después con acento gallego y el Circle Line Certificate, una titulación que se obtiene tras completar la Circle Line Pub Crawl.
El examen es muy sencillo, se trata de recorrer la línea amarilla de metro de una estación a otra, bajar en cada una de ellas y tomar una cerveza en el bar más cercano a la misma. Este evento se puede realizar en cualquier momento del año, pero es muy popular durante el sábado más cercano al día Waitangi, que se celebra 6 de febrero y conmemora la firma del Tratado que en 1840 proclamó la fundación de Nueva Zeland.
En Utrillas no tenemos metro pero como disponemos de algunos bares decidimos hacer nuestra propia Utrillas Bar Crawl. Este año se ha celebrado la tercera edición y desde estas líneas quiero agradecer a todos los que se pusieron delante y detrás de la cámara, y la colaboración y la simpatía de los camareros de los siguientes establecimientos:
Bar La Gasolinera
Bar Pegaso
Bar Elvis
Bar Goya
La Taberna de Jou
El Mancheguin
Bar Las Piscinas
Bar Residencia de ancianos
La Cafetería de Ana
El 103
Las Vegas
La Casa de Andalucía
Bar La Parada
Hotel Villa de Utrillas
Hostal Los Ángeles
Terminal Pub
El Fogón
Mesón El Pepe
Bar Niza
Bar Los Hermanos
Pub El Perdigacho
Pub El Templo
Barra de la Comisión de Fiestas




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01 septiembre 2010

Recuerdos mudos


Voces oídas en el declinar de la tarde, con un eco de retirada y de anticipación de lejanía; el pasado y el presente juntos.
(Antonio Muñoz Molina. La noche de los tiempos)


¿Cuánto tiempo se tarda en olvidar una voz? He pasado un año aferrado a la memoria congelada de su fotografía que miro cada día, a las imágenes del pasado que subtitulo en mi memoria. Hoy me he dado cuenta: Alimentar mis recuerdos con la iconografía que certifica su ausencia es un error. Por eso he decidido invocar la presencia viva de su voz. Me esfuerzo por llegar hasta sus refranes, sus muletillas y las anécdotas que me contó un millón de veces. Sus palabras resuenan en mi cabeza pero no les encuentro el timbre adecuado, la cadencia exacta, el sonido familiar.
Ella era sorda del oído derecho y ahora el sordo soy yo. La sordera para sus palabras me lleva hasta el recuerdo del calor de sus manos al posarse quietas sobre mis mejillas. Ella sonreía y sus mofletes, milagrosamente sin arrugas, elevaban las gafas que rebasaban las cejas y entonces las chispas de sus ojos se agrandaban para decirme sin palabras, sólo con la mirada, que me quería. Después venían los besos, todos esos besos retrasados, todos los besos adolescentes que nunca le di se presentaban en avalancha sobre manos, mejilla y frente. Entonces se le escapaba una carcajada leve de elegante sobriedad y me hacía feliz, una vez más, como cada uno de los días de la vida que me regaló. Ahora que no encuentro la voz de mi madre, me aferro a los recuerdos mudos que tengo tatuados en el corazón.

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